6 jun 2023

Así es la hoja de ruta que permitirá a China cumplir sus objetivos climáticos 10 años antes de lo previsto


La transición de China hacia una economía de emisiones netas cero para 2050 representa al menos una oportunidad de inversión de 37,7 billones de dólares en el sistema energético del país, según el informe New Energy Outlook: China, publicado por la empresa de investigación BloombergNEF (BNEF). El informe detalla dos escenarios para el sistema energético chino y sus implicaciones para la seguridad energética del país.

China ya es el mayor mercado mundial de energías renovables, pero también sigue siendo el mayor consumidor de carbón y, en consecuencia, el mayor emisor de CO2 del mundo. El análisis de BNEF concluye que maximizar el despliegue de energía solar y eólica, complementado con adiciones específicas de almacenamiento de energía, energía nuclear y captura y almacenamiento de carbono (CAC) para centrales térmicas, es la forma más barata para que China descarbonice su suministro de energía.
El éxito de la descarbonización del sector eléctrico, clave para desbloquear la transición energética de China

En el Escenario Neto Cero (NZS) de BNEF, que traza un camino para que China alcance el cero neto en 2050 manteniendo el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 grados centígrados, las instalaciones eólicas y solares acumuladas alcanzan más de 6.700 gigavatios en 2050, frente a los 800 gigavatios de 2022. Para 2050, la NZS de China requiere 352 gigavatios de capacidad nuclear, frente a los 57 gigavatios de 2022.

China ya lidera la inversión mundial en transición energética, con un gasto de 550.000 millones de dólares en 2022, aproximadamente la mitad del total mundial. Para mantenerse en la senda del cero neto en 2050, China tendrá que triplicar el ritmo de inversión en la segunda mitad de esta década hasta alcanzar una media anual de 1,66 billones de dólares. A partir de 2030, se producirá un descenso gradual del nivel de inversión necesario, gracias a la continua reducción de los costes tecnológicos.

“China ya es líder mundial en fabricación y despliegue de energías renovables, baterías y vehículos eléctricos”, afirmó Nannan Kou, responsable de investigación sobre China en BNEF. “China necesita ahora acelerar el apoyo a las tecnologías en fase inicial, como el hidrógeno limpio, la CAC y la energía nuclear avanzada, para garantizar que estas tecnologías puedan comercializarse en el momento oportuno”.