Ingenieros del MIT y de China pretenden convertir el agua de mar en agua potable con un dispositivo completamente pasivo inspirado en el océano y alimentado por el sol.
En un artículo que aparece en la revista Joule, el equipo describe el diseño de un nuevo sistema de desalinización solar que toma agua salada y la calienta con luz solar natural.
La configuración del dispositivo permite que el agua circule en remolinos, de una manera similar a la circulación “termohalina” mucho más grande del océano. Esta circulación, combinada con el calor del sol, hace que el agua se evapore, dejando sal. El vapor de agua resultante se puede condensar y recolectar como agua pura y potable. Mientras tanto, la sal sobrante continúa circulando a través y fuera del dispositivo, en lugar de acumularse y obstruir el sistema.
El nuevo sistema tiene una tasa de producción de agua más alta y una tasa de rechazo de sal más alta que todos los demás conceptos de desalinización solar pasiva que se están probando actualmente.
Los investigadores estiman que si el sistema se amplía al tamaño de una maleta pequeña, podría producir entre 4 y 6 litros de agua potable por hora y durar varios años antes de necesitar piezas de repuesto. A esta escala y rendimiento, el sistema podría producir agua potable a un ritmo y precio más baratos que el agua del grifo.
“Por primera vez, es posible que el agua producida por la luz solar sea incluso más barata que el agua del grifo”, dice Lenan Zhang, científica investigadora del Laboratorio de Investigación de Dispositivos del MIT.
El equipo imagina que un dispositivo a mayor escala podría producir pasivamente suficiente agua potable para satisfacer las necesidades diarias de una familia pequeña. El sistema también podría abastecer a comunidades costeras aisladas de la red donde el agua de mar es fácilmente accesible.