La mayoría de los promotores siguen buscando oportunidades de crecimiento, principalmente centradas en ampliar la capacidad de generación renovable y las redes eléctricas. “El crecimiento de la demanda de energía sigue siendo muy positivo, con la descarbonización como principal motor, impulsada por la expansión de los centros de datos y la reindustrialización en Estados Unidos”, dice Simon Flowers, presidente y analista jefe de Wood Mackenzie.
Las prioridades cambiarán en 2025. “Las redes eléctricas son las grandes beneficiarias, lo que refleja el riesgo relativamente bajo del segmento y el creciente reconocimiento gubernamental de la necesidad de invertir en infraestructuras de electrificación. Enel, Iberdrola y SSE ya han indicado un aumento del gasto en redes para el próximo año”, explica Flowers.
“El almacenamiento de energía también atraerá más inversiones a medida que aumente la variabilidad del mercado eléctrico. Los sistemas de almacenamiento en baterías figuran cada vez más en los planes de crecimiento de las empresas, mientras que los nuevos sistemas de almacenamiento hidroeléctrico por bombeo también podrían avanzar hacia su desarrollo el año que viene”, añade.
Los analistas de Woodmac consideran que los presupuestos para el crecimiento de la capacidad de generación renovable deberían permanecer prácticamente planos el año que viene, ya que la incertidumbre política, los tipos de interés sostenidos y las restricciones de conexión a la red limitan la inversión total en nueva capacidad eólica y solar.