Nuestro país cada vez es menos sostenible. En 2014, el consumo de
energía final aumentó, al igual que las emisiones de CO2 y la
dependencia del exterior, y la factura energética doméstica también fue
más cara. Estos son los principales resultados del Informe 2015 que ha realizado el Observatorio de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.
En el capítulo de las energías renovables, el informe no revela ningún
secreto. En 2014 este sector ha sufrido falta de apoyo económico e
inseguridad jurídica, lo que ha provocado su paralización, “pasando de ser líderes en renovables a que la UE nos haya recriminado que no vamos a cumplir con los objetivos 2020”.
Otro de los puntos relevantes es el del autoconsumo.
“Todo lo descentralizado tiene una relevancia muy importante. El
consumidor está dejando de ser como hasta ahora y está pasando a ser su
propio productor. El problema que surge en España es difícil
de cuantificar, pero tiene una clara repercusión en la factura
eléctrica, y todo por los enormes cargos regulados que soporta, que
llegan casi al 50%, lo que además no favorece el desarrollo de la
eficiencia energética”, explica Pérez de Arriaga, “la única solución es eliminarlos y no cobrar los peajes de respaldo”.
El cambio de tendencia es evidente y más aún si observamos que mañana,
22 de abril, no es solo el Día de la Tierra, es la fecha elegida para ratificar el Acuerdo de París en la Cumbre de Cambio Climático en Nueva York; tendrá un coste político el no estar allí.