El Consejo Superior de la Energía (CSE)
francés ha aprobado nuevos y ambiciosos objetivos de energía verde que
incluyen metas muy audaces para la energía fotovoltaica, la eólica
terrestre, la hidroeléctrica e, incluso, la eólica marina, al tiempo que
ha anunciado que no habrá cierre de plantas nucleares planificadas antes de 2019.
La ley de energía – votada el pasado verano – especificaba que el 40% por ciento de la producción eléctrica francesa debe provenir de fuentes renovables para el 2030, mientras que la proporción de la energía nuclear debe caer desde el actual 75% a 50% por ciento en 2025. La trayectoria hacia estos objetivos se establece por decreto.