Leo atónito que el ministro de Energía en funciones ha declarado estar dispuesto a dimitir si alguien demuestra que ha creado un impuesto al sol para
seguidamente asegurar que “en la legislación de autoconsumo que ha
impulsado este Gobierno quien pone una placa solar no paga ni la
generación ni impuestos ni peajes por lo que autoconsume”.
Vayamos al caso de María Giménez y Juan Sánchez, vecinos de Getafe (Madrid)...
María, que optó por instalar placas solares, constata que su ahorro es mucho menor, no llega a 200 euros al año que el de Juan, que optó por triple acristalamiento. Un simple vistazo a su factura permite descubrir una nueva línea que no tiene la de Juan:
María, que optó por instalar placas solares, constata que su ahorro es mucho menor, no llega a 200 euros al año que el de Juan, que optó por triple acristalamiento. Un simple vistazo a su factura permite descubrir una nueva línea que no tiene la de Juan:
Se trata de un cargo (y además, transitorio, con lo que no sabe lo que ocurrirá con él en el futuro), por la energía autoconsumida, esto es, la que va desde su tejado hasta su frigorífico sin salir a la red de la compañía eléctrica. Observa que sobre el “cargo” se aplican tanto el impuesto de electricidad como el IVA. Comprende que en la calle, en lugar de hablar de cargos y otros tecnicismos, se tilde simplemente de “impuesto al sol”.