Como trasfondo subyace la idea de que los combustibles fósiles tienden a reducir su importancia en la economía mundial, ante la irrupción de fuentes energéticas más limpias.
Estas cuestiones empiezan a encender las alarmas sobre la posibilidad de que el descalabro del petróleo pueda desencadenar un terremoto económico a nivel global como ocurrió con su descenso entre el verano de 2014 e inicios de 2016. De hecho, de la mano del petróleo, el conjunto de las materias primas ha descendido a sus niveles más bajos en 14 meses y se acerca a los mínimos históricos que registró en febrero del año anterior.
El fuerte retroceso en los últimos días de divisas como el rublo ruso o el real brasileño también son señales que traen de nuevo a la memoria los momentos de tensión que desató la anterior crisis del crudo.
El futuro de las grandes petroleras pasa por las renovables
Paradójicamente, estas compañías tendrán que invertir más de 313.000 millones de euros en fuentes de energía limpia en 2035 para mantener su actual posición en el mercado.
El futuro de las grandes petroleras pasa por las renovables
Paradójicamente, estas compañías tendrán que invertir más de 313.000 millones de euros en fuentes de energía limpia en 2035 para mantener su actual posición en el mercado.
Que el futuro de la energía pasa por las renovables es algo inevitable. Se trata de una máxima aceptada, salvo excepciones, en todo el mundo y que rara vez se cuestiona. Así las cosas ¿Qué les espera a petroleras y gasistas dentro de este 'panorama verde'?
De acuerdo a un informe del grupo de investigación especializado en el sector energético Wood Mackenzie, en las próximas décadas el crecimiento "imparable" de las fuentes 'limpias' y el descenso en la demanda de combustibles fósiles obligará a estas compañías a cambiar su estrategia para mantener su actual posición en el mercado.