Marc Areny es un joven empresario francés especializado en conversiones de coches térmicos a eléctricos. La primera conversión que realizó, en el año 2013, se basó en un Porsche 944 de 1985, comprado por menos de 2.500 euros.
Dicha elección se debió al maletero particularmente espacioso de este modelo, que permitía albergar la mitad del lote de 32 baterías (el resto se situaban bajo el capó). Con 20 kWh de capacidad, el Porsche conseguía una autonomía de unos 150 km, así como una velocidad punta superior a los 150 km/h. Para dicha conversión tuvo que mantener la caja de cambios original. En total, entre las baterías y el resto de pieza gastó 15.000 euros en el proyecto.
Después del Porsche decidió transformar un modelo más económico, siendo el elegido un Dacia Logan de primera generación, del año 2005. Para ello, reutilizó las piezas utilizadas en el Porsche. En Francia, se le pidió que realizara una prueba de choque frontal y otra lateral para poder homologar el vehículo, un proceso realmente complejo y caro, Sin embargo, en Rumanía el proceso de homologación es mucho más sencillo.