5 abr 2022

El futuro del hidrógeno en 2050. Producción masiva desde renovables, transporte por gasoductos y como amoníaco en barcos

Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) para lograr cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de los acuerdos de París será necesaria una expansión masiva de la producción de hidrógeno. Un vector que jugará un papel clave y que tendrá que crecer de forma sustancial en las próximas décadas para lograr alcanzar el reto de mantener el calentamiento global por debajo de los 1.5 grados para 2050.

El informe dibuja como será el escenario para entonces de haber logrado completar los objetivos marcados. Una fecha donde la producción de hidrógeno sostenible deberá crecer hasta las 614 millones de toneladas por año.

Dos tercios de ese hidrógeno (409,3 millones de toneladas) se producirían a partir de energías renovables, y el tercio restante sería azul, derivado del gas natural con captura y almacenamiento de carbono. Hoy en día, cada año se producen en todo el mundo entre 70 y 75 millones de toneladas, principalmente de hidrógeno gris (derivado del metano o el carbón).

El informe también indica que aunque la mayor parte del hidrógeno será producido y consumido de forma local, una parte será transportar en largas distancias.

Según IRENA, en 2050 al menos un 25% de todo el hidrógeno producido se producirá fuera de las fronteras de los países consumidores. Esto supondrá más de 100 millones de toneladas de hidrógeno verde y más de 50 millones de toneladas de azul.

Aproximadamente el 50% de estas se transportará a través de conductos aprovechando los gasoductos usados actualmente para enviar el gas natural, y que será según el informe la forma más económica de mover este hidrógeno con un coste estimado de entre 0.08 y 0.12 dólares por kg cada 1.000 km. En caso de tener que realizar nuevas instalaciones, entonces el coste por km aumentará hasta los entre 0.16 y 0.24 dólares por kg cada 1.000 km.

La otra mitad se transportaría por barcos transformado en amoníaco.

“El norte de África y España aprovecharán sus recursos solares de alta calidad y su proximidad al noroeste de Europa, que tiene una alta demanda de hidrógeno y pocos recursos renovables, sacando partido a una extensa red de gas natural existente”.