El último informe de Greenpeace ha calculado los 'beneficios inmorales' que han amasado las petroleras desde que comenzó la guerra. Hablamos de más de 3.000 millones de euros 'extraordinarios' que se están embolsando las petroleras, gracias principalmente al sobrecoste del diésel y la gasolina.
Solo en España, la industria del petróleo está registrando unos ingresos adicionales de 7,6 millones de euros diarios, mientras la población sufre los precios récord en las gasolineras. Aquí, la ayuda de 20 céntimos que el Gobierno aplica desde hace dos semanas acaba directamente en el bolsillo de las petroleras, contribuyendo no solo a alimentar la crisis climática, sino también a la maquinaria de guerra de Putin cuya financiación depende de las exportaciones del petróleo ruso.
Estas diferencias demuestran cómo la industria del petróleo está aprovechando la guerra para aumentar sus precios a lo largo de la cadena de suministro, pese a que los costes de producción no han variado notablemente.
Por eso, desde Greenpeace pedimos a los líderes de la Unión Europea que detengan este vergonzoso aprovechamiento de la crisis y suban los impuestos a las compañías de petróleo para impedir que sigan financiando la guerra y beneficiándose de ella.
Porque, más allá del transporte, la solución pasa por acelerar la transición energética para hacer frente a la emergencia climática y liberarnos de la dependencia actual de los combustibles fósiles que financian la guerra.
Mientras las grandes compañías energéticas siguen obteniendo beneficios “caídos del cielo” en el mercado mayorista por los altos precios del combustible, las medidas propuestas hasta ahora desde Bruselas siguen siendo parciales, incompletas y no implican una única solución real.