Lo ha dicho hoy Yann Dumont, presidente de la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (Asealen), durante el acto de presentación de las conclusiones del estudio técnico económico que han elaborado G-Advisory (Grupo Garrigues) y Simulyde sobre 2 tecnologías de almacenamiento: las baterías de litio y el bombeo hidroeléctrico. El estudio se ha centrado en analizar la rentabilidad esperada de estas dos tecnologías de almacenamiento de energía (que los autores consideran las más maduras) con una configuración de conexión directa a la red.
La principal conclusión del estudio -explican desde Asealen- es "la imperiosa necesidad de un instrumento de apoyo económico a las instalaciones de almacenamiento para alcanzar los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima". El informe técnico-económico de las dos tecnologías (BESS y PSH) explica (1) cómo estas instalaciones garantizan la estabilidad del sistema eléctrico español y (2) cómo hacen posible la integración en el mismo de las energías renovables que, en sus modalidades más extendidas, eólica y solar fotovoltaica, presentan la limitación de una producción no gestionable, puesto que ambas dependen de factores no controlables, como son el viento y la radiación solar, respectivamente.
Los autores del estudio concluyen que los sistemas de almacenamiento no son rentables en el marco regulatorio actual en España, donde los ingresos están limitados al arbitraje de mercados (lo que marca el mercado) y a la prestación de determinados servicios de ajuste. Los expertos han explicado que la incorporación de modificaciones en el sistema regulatorio, tales como la remuneración adecuada de la totalidad de los servicios (servicios de ajuste adicionales) que presta el almacenamiento y la definición de "remuneración a largo plazo", por el valor estratégico que supone tener la capacidad de responder ante las necesidades del sistema (mecanismo de capacidad) podrían asegurar el desarrollo de los proyectos necesarios.