En un trabajo reciente, la AIE advierte de que la concentración geográfica en las cadenas de suministros globales crea, al mismo tiempo, "desafíos potenciales" a abordar.
Aquí entra en juego la Alianza Europea de la Industria Solar Fotovoltaica, iniciativa puesta en marcha por la Comisión Europea, agentes industriales, institutos de investigación y asociaciones, que quiere contribuir a mitigar el riesgo de suministro.
Alcanzar su objetivo de 30 GW de capacidad de fabricación europea a 2025 generaría 60.000 millones de euros de producto interior bruto (PIB) al año en Europa, y crearía más de 400.000 puestos de trabajo.
"Se han dado tres factores que han cambiado la visión de las empresas, las instituciones, los Estados miembros y la propia Comisión", relata Sanz.
El primero prosigue, es el cambio tecnológico, lo que significa que "el producto que se está llevando al mercado está agotando su capacidad de desarrollo y es necesario cambiar a otros que van a tener una válida eficiencia".
De alguna manera, "esto vela por las oportunidades de entrada a nuevos inversores, porque los fabricantes ya instalados también van a tener que abordar invasiones", de modo que "se iguala el terreno".
En este sentido, el responsable del área de renovables de EIT InnoEnergy se muestra optimista, y es que "Europa ha estado invirtiendo en I+D pese a no tener una industria sólida", de modo que, desde el punto de vista tecnológico, "todavía mantiene una competitividad interesante".
El segundo factor está relacionado con el Green Deal europeo y la "ambición" de ir hacia la descarbonización. Esto está generando "una demanda de instalaciones de renovables muy importante", creando un mercado doméstico que antes no existía.
Mientras que el tercero y último surge con la rotura de las cadenas de suministro por la pandemia, después agravada por la guerra en Ucrania, y la dependencia del gas.
"La reflexión es: 'Quiero ser independiente, crear un tejido industrial que fije puestos de trabajo en Europa y tener esa capacidad de volver a liderar el sector, como en su día'", señala Sanz.
Sin embargo, la cuestión ahora no está "en que nadie dé una receta mágica, sino en que todo el sector contribuya a decir qué es lo que necesita".
El futuro requerirá de formación a perfiles de alta cualificación, y, obviamente, de más inversiones, vistas las políticas de competidores como Estados Unidos que, con todo, "está por detrás de Europa en implementación".
Con su Ley de Inflación -IRA, en inglés-, el país "está generando unas condiciones de mercado cerrado", pero no es el único ejemplo, ya que India "está haciendo lo mismo" al descarbonizar su economía "con productos fundamentalmente locales".
"Europa tiene un reto, definir cómo va a responder a esto", dice Sanz.
Y concluye: "Si logrando el objetivo de descarbonización consigues consolidar una industria que antes no tenías, sería un beneficio doble. Hay que aprovechar la oportunidad".