Los planes alemanes de lucha contra el cambio climático incluyen una
reducción del 40% de las emisiones de gases contaminantes para 2020, con
respecto a los niveles de 1990.
El cierre de centrales de lignito con una capacidad de 2,7
gigavatios, según Berlín, supondrá entre 11 y 12,5 millones de toneladas
menos de emisiones de CO2 en 2020.