La constante bajada de precios de los
componentes de una instalación, la mejora de la tecnología (mayor
potencia por unidad de superficie y hasta 25 años de garantía), los
nuevos sistemas de almacenamiento como las baterías de gel, con 15 años
de vida útil, están haciendo que la fotovoltaica conquiste cualquier
superficie. Incluidas las comunidades de vecinos.
El caso que nos ocupa se ha resuelto
mediante una red distribuida, de nueve instalaciones individuales
monofásicas de 4 kWp, con inversores de 4,5 kW (uno por vecino) más una
trifásica de 10,5 kWp (inversor mono/trifásico de 18 kW) para el
ascensor, parking e iluminación de las zonas comunes, todo ello
alimentado mediante 186 paneles solares Sitecno SI-60P250 y baterías con
una capacidad de 190 kWh, para almacenamiento de la energía. “Este
diseño nos permite un amplio margen de maniobra, pues en presencia de
nubes, niebla o lluvia, paneles y baterías proporcionan potencia
suficiente para abastecer el consumo”, apunta Francisco Campos.
En la siguiente gráfica se puede ver la producción de energía por meses.