Vivir en una casa autosuficiente no es ninguna utopía,
ya es posible. Casa Martina, en Madrid, es un claro ejemplo de cómo una
vivienda puede aprovechar al máximo el entorno para conseguir un gran ahorro en el consumo de energía.
Esto, unido a unos criterios de elección de materiales de calidad
durante la construcción para favorecer el aislamiento y el uso de las
energías renovables hace que desenchufarse de la red general pueda ser
viable.
La vivienda no solo tiene placas fotovoltaicas, generador eólico o colectores solares. Cuenta con un sistema de climatización muy eficiente a través de una bomba de calor geotérmica
que permite dar agua caliente, calefacción y refrigeración en verano.
Consiste en cuatro sondeos de 90 metros de profundidad que conducen el
fluido a una bomba de calor para generar calefacción y refrigeración por
suelo radiante, el agua caliente y la climatización de la piscina con
el apoyo de los colectores solares y alimentada desde la fotovoltaica. Además, cuenta con un sistema de renovación de aires con intercambio de temperatura.
"Dentro de poco, cuando nos concienciemos todos, podremos enchufar
nuestro coche eléctrico cuando lleguemos a casa y todo sin gastar un
euro. Eso es una revolución y eso, por desgracia, asusta a muchos
empresas", concluye José Vaquero, gerente de Alternativa Energética.