El viento y la energía solar están a punto de llegar a ser imparables, el gas natural y la producción de petróleo se acercan a su pico, y los coches eléctricos y las baterías de la red están a la espera de tomar el relevo. Este es el mundo Donald Trump heredado como presidente de Estados Unidos. Y sin embargo, su plan de energía es cortar regulaciones para resucitar al sector que nunca regresa: el carbón.
Las instalaciones de energía limpia batieron nuevos récords en todo el mundo en 2016, y el viento y la energía solar reciben el doble de financiación que los combustibles fósiles, según datos publicados hoy por Bloomberg New Energy Finance (BNEF). Eso es en gran parte porque los precios siguen bajando. La energía solar, por primera vez, se está convirtiendo en la forma más barata de nueva electricidad en el mundo.