La idea de eCoche surgió cuando uno de sus cofundadores, José Milara, estaba dando clase de arquitectura en México y se percató de lo que ocurría con el parque automovilístico. Allí prácticamente no hay producción y la mayoría de los vehículos ‘bajan’ directamente de EE.UU a México, siendo este país quien los recicla a través de chatarra o los aprovecha hasta que mueren.
“Cuando estaba impartiendo clases les decía a mis alumnos que no entendía como no cogían todos esos vehículos y en lugar de transformarlos en chatarra los convertían en eléctricos y comenzaban a abrir un nuevo nicho de mercado”, cuenta el emprendedor. “Ellos me dijeron que lo hiciera yo en mi país y eso me motivó.
Dejando de lado los costes por la homologación, convertir un coche de carburante fósiles en uno eléctrico no es un proceso demasiado costoso. Apenas se demora dos semanas. “Tardamos dos o tres días en desmontarlo y otra semana en volverlo a montar. Si me lo pides un lunes dentro de dos lunes podrías tenerlo. Es muy rápido. Simplemente tenemos que disponer en el almacén de los motores y las baterías adecuados”, apostilla José. “Hablamos de instalar diez componentes contados y eso también tiene la ventaja de que va a haber menos averías a posteriori”