El Sol de Andalucía y el de las dos castillas, el cierzo de Aragón, la Tramontana, las Arribes del Duero y el valle del Ebro, el viento de Levante, los bosques de Galicia... Las energías renovables –el viento, el agua, la biomasa, la termosolar, la fotovoltaica- constituyen la vía más directa a la independencia (a la de verdad, a la energética).
La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) acaba de presentar la novena edición de su «Estudio Macroeconómico del Impacto de las Energías Renovables en España». Y certifica, otra vez, lo ya sabido: que las renovables –a diferencia del uranio o los combustibles fósiles- generan el empleo y la riqueza aquí, o sea, construyen país.
El más grave problema de la economía nacional española es la dependencia, energética, esa que desequilibra la balanza comercial toda. Y la solución -barata y más saludable- tiene Marca España y dícese energías renovables: el Sol de Andalucía y el de las dos castillas, el cierzo de Aragón, la Tramontana, el viento de Levante, los bosques de Galicia, el marzo airoso y abril lluvioso, la chicharrera de julio y la solanera de agosto.
Sí, la solución -barata y más saludable- tiene Marca España, porque presenta la mejor cara de esta tierra allende las fronteras (somos la segunda potencia del mundo en patentes renovables, solo por detrás de Dinamarca) y porque, puertas adentro, hace país. (Ver más >)