La “transición energética” promovida por el auge del esquisto y las renovables ha incrementado la urgencia de que los grandes productores de gas y crudo diversifiquen sus economías en las próximas dos décadas, alerta en un informe la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Rusia, Nigeria, Irak y Venezuela deben reducir su dependencia de los ingresos de los hidrocarburos, si bien pueden utilizar su experiencia en el sector energético para liderar nuevas vías de negocio, sostiene el documento.
“Muchos de los principales exportadores son líderes mundiales en tecnologías energéticas avanzadas. Eso les abre un abanico de posibilidades para el futuro”, señaló a Efe el director de programas para Oriente Medio y el Norte de África de la AIE, Ali Al-Saffar.
La agencia advierte de que los periodos en los que el precio del petróleo es alto pueden frenar las reformas necesarias en los países productores, dado que la entrada de ingresos alivia la presión sobre sus economías, algo que puede dañar sin embargo sus balances a largo plazo.
La subida del precio impulsa las inversiones en energías renovables en los países importadores de crudo, que tratan de abaratar su factura energética, lo que puede amplificar aún más los efectos dañinos para los productores cuando los precios vuelven a bajar.
“Los altos precios de hoy puede tener implicaciones negativas para los productores mañana”, indicó Al-Saffar, que recalcó además que un barril de petróleo excesivamente caro daña asimismo a los consumidores y ralentiza el crecimiento en el conjunto de la economía global.