Lo dicen los ecologistas, que critican duramente que la Comisión Europea (CE) haya decidido incluir entre los sectores a apoyar -para combatir el cambio climático- al gas natural y a la energía nuclear. La CE ha publicado hace unos minutos la versión final de Taxonomía, el documento que identifica los sectores llamados a ayudar a la UE a alcanzar sus objetivos climáticos. Entre esos sectores, la Comisión que preside la popular Ursula Von der Leyen ha decidido incluir al gas natural y a la energía nuclear, a los que ha identificado como “verdes”.
Una vez publicado el documento final por parte de la Comisión, pasará a manos del Consejo y del Parlamento Europeo, que tendrán cuatro meses para, en su caso, vetar el documento y rechazar la inclusión del gas y nuclear. En el caso del Consejo, esto se conseguiría si se reúne al menos a 20 Estados miembros. En el caso del Parlamento, este rechazo se conseguiría con una mayoría de pleno, es decir, 353 diputados y diputadas.
Si no se consigue el consenso en el plazo establecido, la energía nuclear y el gas serán consideradas energías “verdes” de la UE y podrán captar grandes cantidades de recursos, tanto de inversores privados como de fondos públicos. En palabras de Sara Bourehiyi: “de la aprobación o no del documento dependerá alcanzar los compromisos climáticos. Que el gas y la energía nuclear sean considerados verdes, supone un claro freno a la transición energética”.
De aprobarse, supondría en la práctica la financiación de combustibles fósiles hasta 2050, y que sectores como el nuclear y el gasístico puedan obtener la misma etiqueta de sostenibilidad que actividades económicas dirigidas a la construcción de sistemas renovables.
Además -apuntan desde Ecologistas-, se seguiría financiando la construcción de nuevas infraestructuras fósiles que irían en contra de la reducción de las emisiones, y del mismo modo, seguirían produciéndose cientos de toneladas de residuos nucleares radiactivos para los que no existe ninguna solución a día de hoy.
Según la oenegé, "estos planes mantendrían, además, los ingentes beneficios caídos del cielo que reciben estas empresas, y dificultarían enormemente el despliegue de energías renovables necesario para enfrentar la emergencia climática".
Por todo ello, Ecologistas en Acción insta a que el Parlamento Europeo rechace este documento, por no estar alineado con los compromisos climáticos del Acuerdo de París –limitar en 1,5ºC la temperatura media global– ni con el objetivo de la UE de alcanzar la neutralidad climática para el año 2050.