Tradicionalmente se usan medios como el gas o el carbón como sistemas de respaldo para cubrir picos de demanda de la red eléctrica. Un sector que la evolución de la tecnología de las baterías está perdiendo poco a poco su sentido debido al menor impacto, mejor velocidad de respuesta, y menor coste operativo.
Así se lo ha indicado Tesla al gobierno de Australia, al que ha enviado un informe donde pone sobre la mesa que la evolución tanto en capacidad como en tecnología de control, permiten a las baterías poder ocuparse del trabajo de las centrales térmicas, y hacerlo de forma más eficiente, económica, sin las emisiones de estas.
Este informe de Tesla llega para rebatir otro del operador de energía de Australia, que indica que serían necesarios otros 9 GW de potencia instalada con gas para labores de respaldo. Algo con lo que los de Elon Musk no están de acuerdo.
Las razones de los americanos es que en comparación con los combustibles fósiles, la tecnología de baterías es más económica y rápida, y definitivamente es una mejor solución frente a los generadores de combustibles fósiles.
Uno de los principales retos a los que se tiene que enfrentar la tecnología de baterías en este sector es el de su capacidad de autonomía. Algo que habitualmente se ha reducido a dos o cuatro horas. Pero desde Tesla indican que esto tampoco es una realidad, ya que la flexibilidad de las plantas de baterías les permiten aumentar unidades según las necesidades reales de cada operador y con ello la capacidad en horas de respaldo de cada planta.Algo que la bajada de precios y el incremento de las densidades energéticas, favorecidos por la irrupción de la veterana tecnología de litio-ferrofosfato (LFP) ha permitido que el coste de cada instalación no haya hecho más que bajar en la última década.
Y es que la batalla de Tesla es crucial para tratar de convencer a los reguladores energéticos de los estados a tomar la decisión de apostar por las baterías en lugar de malgastar el dinero en sistemas que usen contaminantes y cada vez más caros combustibles fósiles.
Una influencia de la marca americana, que favorecerá a toda la industria del desarrollo y producción de baterías, que cuenta con una cada vez más amplia lista de suministradores listos para cubrir el hueco del gas y el carbón en los sistemas de regulación de la red, pero también como un complemento perfecto para las ya incuestionables energías renovables.
Unas energías que ven como la dimensión de los mega parques de baterías ha pasado de los 100 MWh de la primera instalación de Tesla en Australia, a nuevas instalaciones que ya se mueven en el orden del GWh, como la que abrirá este año en Escocia. (+)