La electricidad española está un 60% más barata que la alemana o la francesa, según datos de ASE, que señala que el precio diario del mercado mayorista de electricidad español hasta el día 20 de marzo estaba en 26,24 euros el MWh, bajando un 34,4% respecto a febrero y un 70,8% a nivel interanual.
En concreto, en este último período, el precio español es un 61,6% más bajo que el alemán (68,36 €/MWh) y un 58,7% más barato que el francés (63,59 €/MWh).
De acuerdo con los analistas de ASE, los factores que motivan “la brusca caída de las últimas semanas” en el mercado ibérico son: una climatología que favorece la generación eólica e hidráulica; el continuo incremento de la generación fotovoltaica; una reducción paulatina de la demanda eléctrica y la escasa capacidad de interconexión de la península.
Los precios de la electricidad
Desde el grupo también han apuntado que el exceso de oferta renovable es lo que ha producido un hundimiento del precio de la electricidad.
Durante 12 días, y de forma continuada, la nuclear y las energías renovables variables (excluyendo a la hidráulica de embalses) fueron capaces de responder al 89,5% de la demanda nacional y esas son las tecnologías que suelen ofertar a ‘cero’ en la subasta diaria (Pool).
Lo que ocurre, según explican los analistas, es que el coste de generar electricidad para una central nuclear, solar o eólica es muy superior a cero.
Las tecnologías que ofertan con un coste de oportunidad cero o muy bajo son aquellas que utilizan una materia prima con un coste muy bajo y que, además, no son capaces de almacenar electricidad y no la pueden revender.
Así ocurre con las renovables, que al ofertar a cero se garantizan que la energía que producen se colocará en la subasta diaria y no se perderá.
El caso de las centrales nucleares es distinto porque han sido diseñadas para ser eficientes cuando trabajan a plena carga, apuntan desde Ase.
La bajada del precio de la electricidad en los países europeos desde el cuarto trimestre de 2023 está siendo generalizada, como consecuencia del abaratamiento de las principales ‘commodities’ (gas, carbón y emisiones de CO2) y de la débil demanda energética.
Sin embargo, el descenso del precio de la electricidad en España está siendo mucho más acusado que en el resto de la UE, debido al crecimiento de la capacidad de potencia renovable variable (eólica + solar), combinada con una gran capacidad carga base nuclear y apoyada por la flexibilidad de la hidráulica.
A esto se suma que la península es una isla energética con una capacidad muy limitada de interconexión, lo que la ha ‘protegido’ de la subida de los precios del norte de Europa, más dependientes del gas y del carbón.
Además, la limitación para exportar en los momentos en los que se produce un exceso de oferta renovable provoca un hundimiento del precio.