El pasado 21 de febrero fue el último día en el que se podía ver a la energía nuclear a plena potencia en el sistema eléctrico. Ahí estaban relucientes su algo más de 7.000 MW trabajando 24/7. Pero desde las 00.00 del 22 de febrero, no levanta cabeza. Nunca más ha regresado a los 7.000 MW.
La situación que se está viviendo en el mercado eléctrico español es extraordinaria. Nunca se había dado un episodio tan largo con las centrales nucleares reduciendo carga. Es un claro síntoma de que se están quedando fuera de juego a pesar de su importancia para la estabilidad de la red y en general del sistema eléctrico.
Una mayor producción de renovable es una de las causas, no la única. La escasa demanda eléctrica también ayuda a que cada vez sea menos necesaria la electricidad para cubrir nuestras necesidades.
La estrategia de la nuclear ha cambiado por completo. Cabe recordar que antes de todo esto, el Gobierno había presentado su propuesta de incremento de la Tasa Enresa, de gestión de los residuos nucleares, de un 40% a partir de julio. Algo que no ha gustado a las compañías eléctricas. Han estado varios días de batalla dialéctica con el Gobierno, pero no se ha avanzado mucho. De momento, el Gobierno ha cedido y se va a dar más tiempo para cambiar este coste.
El caso es que las eléctricas han decidido cambiar de estrategia porque no soportan tantas horas a precios cero.
Y eso que ahora este 2024 se tienen que tomar varias decisiones importantes para su futuro como son la renovación de licencia de operación de Trillo por otros 10 años, la decisión final para apagar Almaraz I y alcanzar un acuerdo para la nueva Tasa Enresa.
La nuclear en España no pasa por su mejor momento y no es una buena noticia para sus intereses si lo que pretende es seguir funcionando más años. ¿Cuánto durará esta situación?