21 mar 2024

Si los vertidos de la generación renovable los usamos para generar hidrógeno cerramos un círculo virtuoso

Si los vertidos de la generación renovable los usamos para esa corriente eléctrica necesaria en el proceso de electrólisis en la producción de hidrógeno cerramos un círculo virtuoso

Aunque le llamamos verde por el origen de generación, respecto del hidrógeno debemos recordar que simplemente se trata de un elemento químico que, en forma de gas incoloro, insípido e inoloro, puede utilizarse como combustible en los motores de camiones, autobuses, barcos o aviones.

Además de usarse de manera directa en motores de grandes vehículos, puede usarse como batería química. Ya que puede usarse para generar electricidad destinada a mover el parque de vehículos eléctricos de turismo.

Resulta que el hidrógeno está presente en la naturaleza de forma masiva, ya que es el elemento químico más abundante en hasta tres cuartas partes de la materia, pero no se puede aislar de forma sencilla para utilizarlo como combustible o usos industriales, sino que se necesita un proceso de producción que a su vez requiere mucha energía.

Este proceso por lo general es la electrólisis, que separa el agua en sus dos componentes fundamentales, hidrógeno y oxígeno. Ello se consigue aplicando una corriente eléctrica a las moléculas de agua, pero dicha corriente eléctrica se debe primeramente generar.

De esta forma, si los vertidos de la generación renovable que vimos más arriba los usamos para esa corriente eléctrica necesaria en el proceso de electrólisis en la producción de hidrógeno, cerramos un círculo virtuoso.

El desafío de convertir vertidos en hidrógeno
La idea desde luego es muy sugerente, parece incluso sencilla, pero no nos dejemos llevar por el optimismo, ya que a día de hoy el reto sería importante. Y es que transformar los vertidos en el tan preciado hidrógeno verde requeriría una inversión importante en los equipos necesarios para producir el mismo a partir de los parques de generación eléctrica renovable actualmente existentes, o bien instalarlos en futuras plantas de generación verde.

Estos equipos son electrolizadores. Básicamente, un electrolizador de hidrógeno es un mecanismo que hace pasar la corriente eléctrica a través de dos electrodos sumergidos en agua, a fin de separar los iones de hidrógeno y oxígeno.

Este proceso por lo general es la electrólisis, que separa el agua en sus dos componentes fundamentales, hidrógeno y oxígeno. Ello se consigue aplicando una corriente eléctrica a las moléculas de agua, pero dicha corriente eléctrica se debe primeramente generar.

De esta forma, si los vertidos de la generación renovable que vimos más arriba los usamos para esa corriente eléctrica necesaria en el proceso de electrólisis, en la producción de hidrógeno cerramos un círculo virtuoso.
El desafío de convertir vertidos en hidrógeno

La idea desde luego es muy sugerente, parece incluso sencilla, pero no nos dejemos llevar por el optimismo, ya que a día de hoy el reto sería importante. Y es que transformar los vertidos en el tan preciado hidrógeno verde requeriría una inversión importante en los equipos necesarios para producir el mismo a partir de los parques de generación eléctrica renovable actualmente existentes, o bien instalarlos en futuras plantas de generación verde.

Y de una u otra manera, en definitiva, el hidrógeno así producido permitiría sustituir combustibles fósiles contaminantes por una energía limpia y renovable.

Una gran idea que nos puede acercar a un futuro sostenible, libre de emisiones de CO2, libre de combustibles fósiles, pero lleno de energía.