8 abr 2019

El fin de la anomalía solar

Lo ocurrido en España es un ejemplo de mal gobierno, aquel que antepone los intereses particulares de una minoría, normalmente muy poderosa, al interés general. Las eléctricas ya gozan en España de un sistema tarifario tan generoso que permite que facturen la luz al precio de la fuente de producción más cara necesaria para satisfacer la demanda cada hora. Como además las grandes eléctricas tienen diversas fuentes de producción —hidroeléctrica, nuclear, de ciclo combinado, etcétera—, pueden jugar con ellas. El resultado es que la factura de la luz en España es de las más altas de Europa. Eso no solo lastra la competitividad económica; castiga a todos los consumidores, y especialmente a los de renta más baja, que tienen que dedicar mayor proporción de sus ingresos a un bien esencial como la luz.

El fin de la anomalía permitirá recuperar el terreno perdido. Europa logró superar en 2016 los 100 gigavatios (GW) procedentes de energía solar y tiene como objetivo alcanzar los 200 en 2020. Según Solar Power Europa, en 2018 se conectaron a la red 8 nuevos GW de energía fotovoltaica, un 36% más que en 2017. Para tener una idea de lo que eso significa: esa es la cantidad de energía que produce en un año la mayor central nuclear de España, la de Trillo.

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