Obama sostiene que "la creciente evidencia económica y científica me deja seguro de que las tendencias hacia una economía de energía limpia que han surgido durante mi presidencia continuarán y que la oportunidad económica para que nuestro país aproveche esa tendencia sólo crecerá".
En ese sentido, plantea cuatro razones que fundamentan lo que considera una tendencia "irreversible": Crecen las economías, caen las emisiones; Reducciones de emisiones desde el sector privado; Las fuerzas de mercado en el sector de la energía y El momento global.
Un punto a destacar es cuando afirma que "los negocios globales de seguros ya están tomando medidas tales como sus modelos analíticos revelan un creciente riesgo climático".
En el segundo punto, Reducciones de emisiones desde el sector privado, Obama refiere que "las empresas están llegando a la conclusión de que reducir las emisiones no sólo es bueno para el medio ambiente, sino que también puede impulsar los resultados económicos, reducir los costos para los consumidores y ofrecer rendimientos para los accionistas.
Las fuerzas de mercado en el sector de la energía, es el tercer apartado en el que el todavía presidente desarrolla cómo la producción de electricidad en su país no sólo ha dado un giro desde el carbón hacia el gas natural, sino como los costos de la electricidad con base renovable han disminuido, entre 2008 y 2015, "un 41% para el viento, un 54% para las instalaciones solares fotovoltaicas (PV) y un 64% para las plantas fotovoltaicas de los servicios públicos".
Finalmente, en El momento global, se refiere el Acuerdo de París al que han adherido más de 110 países que representan más del 75% de las emisiones globales. Y advierte: "Si Estados Unidos se alejara de París, perdería su lugar en la mesa para mantener a otros países en sus compromisos, exigir transparencia y alentar la ambición".
Y concluye: "Esto no debería ser una cuestión partidista. Es buen negocio y buena economía liderar una revolución tecnológica y definir las tendencias del mercado".