Oslo prohibirá el martes la circulación de vehículos diésel en la ciudad para contener un pico de contaminación del aire, una medida que causó polémica entre los conductores, a quienes se animó hace unos años a comprar este tipo de automóviles. Aquellos que no cumplan la orden podrían ser sancionados con 1.500 coronas (166 euros).
Según el Instituto de Salud Pública noruego, las partículas en suspensión causan la muerte prematura de 185 personas cada año en Oslo.