“Viendo el daño hecho a su medioambiente, los chinos estudiaron detenidamente su constitución y la modificaron. Este importante documento ahora pide la construcción de una civilización ecológica”, dice Thornton. “Construimos una civilización agrícola, luego una industrial y ahora debemos construir una civilización ecológica”.
“No soy cínico acerca de si los chinos tienen la intención de hacerlo o no. Mi trabajo consiste en intentar limpiar el medioambiente para las futuras generaciones. Y en China realmente lo quieren hacer”. Una tarea aparentemente imposible para Occidente es posible en China gracias a un gobierno centralizado con 2500 años de tradición.
“Dijeron que tenían una visión a largo plazo, que querían permanecer en la Tierra otros 2000 años y que eso solo ocurriría si limpiaban el medioambiente. Así que decidieron resolver sus problemas ambientales y hacerlo de una manera muy minuciosa”.
Con un grupo de expertos chinos y cinco colaboradores occidentales, Thornton pasó 18 meses analizando cómo crear las estructuras legales para desarrollar una civilización ecológica. Luego todos dieron sus recomendaciones para armar un Estado de Derecho capaz de lograr esa meta. “Es una muestra perfecta de lo que están haciendo. Han puesto a cientos de sus mejores pensadores para diseñar el cuerpo teórico en cada pieza de la arquitectura de la civilización ecológica”. Eso incluye políticas económicas, industriales y agrícolas para una civilización ecológica.