Prácticamente, a excepción de Noruega, el Mar del Norte y poco más, no se producen combustibles fósiles en el Viejo Continente y se acaban por comprar a terceros países productores de petróleo y gas natural.
La dependencia de algunos países es altísima, como el caso de España (70% aprox.). Se necesitan los combustibles fósiles como el comer, y claro, la transición energética no será tan fácil como algunos prevén porque esa dependencia es como el ‘yonqui’ que quiere dejar la droga.
Europa quiere liderar la revolución energética hacia un modelo de renovables. Acabar con el consumo de petróleo y gas natural será complicado por no decir imposible. Pero se puede. Hay tecnologías suficientes como para que se produzca una disrupción en el modelo energético actual.
Muchos países europeos dependen del petróleo y el gas; consumen muchísimo y en algunos casos Europa se come buena parte de esos recursos. Por ejemplo, los combustibles fósiles comprenden más del 50% de las exportaciones de mercancías de la República del Congo, Omán, Rusia y Kazajistán, más del 75% de las exportaciones de Arabia Saudí, Qatar, Azerbaiyán y Kuwait y más del 90% de las exportaciones de Nigeria, Argelia, Angola e Irak. Todos esos países compran gran cantidad de armas a los países europeos.