El nuevo diseño de celdas individuales y otras innovaciones de HydraRedox que permiten operarlas y monitorizarlas de forma independiente reducen los costes de inversión y operación y maximizan los potenciales ingresos de la batería.
Las baterías redox de vanadio pertenecen al grupo de baterías de flujo, en las que las secciones de potencia y de energía son independientes. La primera está formada por celdas electroquímicas que convierten la energía química en eléctrica y viceversa. Por su parte, la segunda contiene dos tanques en los que la energía se almacena en forma química en una solución acuosa llamada electrolito. El electrolito se bombea de los tanques a las celdas, que es donde entra en acción el avance de HydraRedox.
Entre las ventajas que ofrecen las baterías de HydraRedox respecto a otros tipos de baterías destaca un número de ciclos ilimitado y una vida útil superior a los 30 años sin interrupción, similar a la de los paneles solares y los sistemas eólicos. Además, son muy seguras y tienen un impacto medioambiental nulo, ya que el vanadio no se deteriora y se puede aprovechar para otros usos, lo que permite reciclarlo cuando la batería finaliza su vida útil.
Esta suma de beneficios de las baterías de HydraRedox podría convertirlas en la solución de almacenamiento definitiva que favorezca el desarrollo de las energías renovables a nivel mundial.