Un molino de viento de 2,3 megavatios (MW) cofinanciado por 615 partícipes; tres cooperativas sin ánimo de lucro que han convencido a 70.000 personas para invertir en energías limpias o suministrarse de electricidad 100% renovable; el primer proyecto de crowdfunding para renovables con licencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV); un ayuntamiento que apuesta por empoderar a sus vecinos como consumidores…
Son algunos ejemplos de socialización de la energía que se han puesto en marcha en España en los últimos años, en algunos casos peleando contra un marco regulatorio adverso. Proyectos que han alcanzado la madurez ahora que se habla de una revolución energética derivada de las obligaciones de descarbonización que impone la UE a sus socios, y en la que puede marcar un pequeño hito el decreto de regulación del autoconsumo que ultima el Gobierno para impulsar esta solución energética.
Algunos de estos casos fueron expuestos el pasado miércoles en la feria Genera, celebrada esta semana en Ifema (Madrid), en una jornada sobre autoconsumo organizada por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE). Estas son sus propuestas: