Para evitar que se repitan las chapuzas que se hicieron con la colocación de paneles solares térmicos desde 2006 (por mala ejecución y falta de mantenimiento), la Unión Española Fotovoltaica (Unef) acaba de crear un sello de calidad para instaladores, por el que se establece un sistema de certificación que garantiza a los consumidores que las instalaciones de autoconsumo fotovoltaicas se realizan de acuerdo con las reglas definidas por un comité de expertos del sector.
En España se instalaron 596 megavatios de nueva potencia fotovoltaica en instalaciones de autoconsumo en 2020, un 30% más respecto a 2019, según los datos de la Unef. Tras casi cuatro décadas de tímidos avances, el autoconsumo residencial da el gran salto y lo hace en el año de la pandemia. La sorpresa ha sido el crecimiento en el sector de la vivienda, “que ya supone el 20% de cuota y que ha pasado de 40 megavatios a más de 100 en un año”, dice José Donoso. Una tendencia que “ha seguido en los tres primeros meses del año”. “Ha sido la gran sorpresa, no estaba previsto y se ha debido a que la gente que no se ha visto perjudicada en su trabajo ha ahorrado dinero para montar la instalación, que cuesta, de media, entre 4.000 y 6.000 euros. Además, cada vez más ciudades aplican desgravaciones fiscales en el IBI”, argumenta el director general de la Unef.
El principal cliente del autoconsumo doméstico son chalés con una potencia de instalación menor o igual a 100 kilovatios que usan la compensación simplificada —el excedente se compensa en la factura de luz al precio acordado con la comercializadora—. En cambio, el autoconsumo compartido en comunidades de propietarios tiene un peso poco significativo. De momento. Es previsible que este segmento crezca con las subvenciones de los fondos europeos y la próxima reforma de la Ley de Propiedad Horizontal para facilitar los acuerdos por mayorías.
La colección se presenta en dos modalidades para ajustarse a todas las tipologías de casas y bolsillos: una hasta 340 vatios de potencia pico por panel y otra con 390 vatios por panel y optimizadores que hacen que el sistema sea un 10% más eficiente. Los ahorros pueden alcanzar hasta el 50% de la factura energética. “La inversión va desde los 4.000 hasta los 12.000 euros”, dijo Qi Kai Sheng, responsable de sostenibilidad de Ikea España, en unas jornadas organizadas por la Unef. “Para una vivienda pequeña son suficientes tres o cuatro y para casas más grandes con coche eléctrico se precisan 12 paneles”, añade. La mayoría de las instalaciones colocadas hasta ahora lleva entre seis y diez placas.