24 may 2023

Australia necesita 800 gigavatios de energía solar y eólica para cumplir sus objetivos de exportación de hidrógeno

La transición de Australia hacia una economía neta cero representa al menos una oportunidad de inversión de 1,9 billones de dólares en el sistema energético del país para 2050, según el informe New Energy Outlook: Australia, publicado por BloombergNEF (BNEF).

El informe detalla tres escenarios futuros para los sistemas energéticos de Australia y también destaca las repercusiones de las aspiraciones australianas de convertirse en una superpotencia del hidrógeno limpio.
La descarbonización del sector eléctrico es la clave para abrir oportunidades en la transición energética de Australia

El sector eléctrico australiano es hoy la mayor fuente de emisiones de carbono del país, pero desempeñará un papel fundamental en la consecución de una economía neta cero. El modelo de BNEF concluye que el rápido aumento de la inversión en energía eólica y solar, junto con el despliegue de una nueva flota de capacidad de respaldo baja en carbono, es la forma más barata para Australia de reducir las emisiones.

En el escenario Net Zero de BNEF, las instalaciones eólicas y solares alcanzan los 300 gigavatios en 2050, frente a los 39 gigavatios de 2022. La capacidad solar por sí sola alcanzaría los 201 gigavatios de capacidad instalada en 2050, dividida entre sistemas en tejados y proyectos a gran escala.

El Escenario de Exportación de Hidrógeno del BNEF muestra que Australia puede cumplir sus propios objetivos netos cero y, al mismo tiempo, suministrar hasta el 6%, o 28 millones de toneladas métricas al año, de la demanda mundial de hidrógeno bajo en carbono prevista para 2050.


Esto requeriría que la generación de electricidad creciera hasta los 1.963 teravatios-hora en 2050, siete veces más que en la actualidad. Esta demanda de electricidad sería un 169% mayor que en el Escenario Cero Neto. Para abastecer esta demanda al menor coste, la capacidad eólica y solar de todo el país tendría que crecer hasta los 812 gigavatios en 2050, 21 veces más que en la actualidad. La mayor parte de la electricidad producida por estas centrales se utilizaría para producir hidrógeno mediante electrólisis del agua.

Los combustibles fósiles seguirán desempeñando un papel importante en la economía australiana en los próximos años. Sin embargo, por cada dólar que Australia invierta en el suministro de combustibles fósiles entre 2022 y 2050, necesitará invertir 6 dólares en fuentes de energía bajas en carbono, si quiere alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas.

“Australia ha luchado mucho en los últimos años para cambiar la percepción global del país como rezagado climático”, afirmó Leonard Quong, responsable de Investigación sobre Australia en BNEF. “Pero el país tendrá que reformar las políticas actuales y el diseño del mercado energético para acelerar la inversión en las tecnologías y la mano de obra necesarias para la transición, si quiere aprovechar las oportunidades de bajas emisiones de carbono que tiene por delante”.