Según un análisis de más de 1.000 proyectos publicado por el Consejo del Hidrógeno, la economía mundial de este tipo de fuente de energía sigue siendo sólida y creciendo desde la fase de proyecto hasta la de despliegue.
Hydrogen Insights 2023, la última actualización sobre la economía mundial del hidrógeno del Consejo del Hidrógeno y McKinsey & Company, destaca el fuerte crecimiento en todo el embudo de proyectos, con un aumento total de las inversiones del 35% entre mayo de 2022 y enero de 2023. El 9% de las inversiones totales han alcanzado la decisión final de inversión (FID), un 30% más desde mayo de 2022.
El informe realiza un seguimiento de 1.040 proyectos en todo el mundo que representan 320.000 millones de dólares en inversión directa de aquí a 2030, frente a los 240.000 millones de dólares actuales.
Aproximadamente la mitad de los proyectos se centran en aplicaciones industriales a gran escala, con el siguiente segmento más grande (20%) relacionado con la movilidad. En el ámbito de la movilidad, ya funcionan más de 1.000 estaciones de servicio en todo el mundo. Así, la capacidad total anunciada de electrolizadores asciende a 230 GW en 2030.
Aun así, se necesita más con respecto a las propuestas de nuevos proyectos y para garantizar que las propuestas existentes maduren hacia la FID. La brecha de inversión total es de 380.000 millones hasta 2030 para estar en una trayectoria neta cero para entonces, suponiendo que todas las propuestas de proyectos anunciadas de 320.000 millones se implementen hasta entonces.
La parte más grande se encuentra dentro de la infraestructura y el uso final del hidrógeno, con alrededor de 135.000 millones cada uno, aproximadamente dos tercios de las inversiones necesarias, seguido por el suministro (110.000 millones). La inversión es notablemente mayor cuando se consideran inversiones en FID o más allá en más del 95% a lo largo de la cadena de valor, ya que solo 29.000 millones de los 700.000 millones necesarios son capital comprometido. No todos los proyectos, incluso en etapas avanzadas de planificación, llegarán a FID y se construirán.
La implicación es que la industria necesita desarrollar significativamente más propuestas de proyectos para permitir el despliegue necesario.