La industria global de placas fotovoltaicas depende casi enteramente de China. El país ha arrancado el año con sus exportaciones disparadas y su hegemonía solo irá en aumento en los próximos tres años. No hay ninguna fórmula secreta: la tecnología china es más barata y su capacidad de fabricación seguirá creciendo gracias a una inversión de 130.000 millones de dólares.
Dominio aplastante en la cadena de suministro. China acaparará el 80% de la capacidad de fabricación mundial de componentes solares antes de 2026, según una proyección de la consultora Wood Mackenzie.
Tras invertir más de 130.000 millones de dólares en la industria en 2023, el país ampliará la brecha tecnológica que mantiene con sus competidores de Europa, Estados Unidos e India, así como la ventaja en los costes de fabricación de componentes: obleas de silicio, células fotoeléctricas y módulos fotovoltaicos.
Paneles inigualables en precio. Un panel solar fabricado en China es un 50% más barato que uno producido en Europa y un 65% más económico que uno de Estados Unidos. No significa que sea peor: los altos márgenes, especialmente en la producción de polisilicio, han permitido a la industria china introducir continuas mejoras tecnológicas.
Si bien la India pisa fuerte hacia el segundo puesto con un objetivo de 200 gigavatios de capacidad en la fabricación de módulos solares, ni sus inversiones, ni las de Estados Unidos y Europa serán suficientes para eliminar la dependencia de obleas y células chinas en los próximos tres años, sentencia WoodMac.