De prácticamente no tener instalaciones fotovoltaicas a principios de esta década a previsiones que auguran más de 40 GW instalados al finalizarla. Ese es el panorama que aparece ante la mirada de los atentos observadores de este amplio espacio geográfico, que abarca todo el territorio hacia el sur del río Bravo –uno de los límites fronterizos entre Estados Unidos y México– y el sureño Chile. México, Brasil y Chile lideran ahora la movida, pero se espera que en breve se sumen Argentina y Colombia.
Un informe de GTM Research, titulado Manual de la Fotovoltaica de América Latina, sostiene que además de alcanzar la capacidad antes mencionada, se espera que este año la región aumente su participación en la demanda global de energía fotovoltaica en más del 6,2%, sustancialmente mayor al observado el año pasado cuando fue de 2,4%.
Varios son los puntos citados que justifican la base para este gran auge de la fotovoltaica en la región: la caída de los precios de la energía solar en las subastas latinoamericanas; la pronta puesta en operaciones de varias plantas en construcción en Chile, México y Brasil; que cerca de la mitad de la fotovoltaica latinoamericana se instalará este año en México (ver recuadro); y que América Latina alcanzará el 10% de la demanda global de la energía solar en 2020.