Desde 2011, los vehículos eléctricos han reducido el consumo total de petróleo a nivel mundial en un 3%, la mayor proporción de la historia. Más de las tres cuartas partes de esta reducción es debida a los autobuses eléctricos que, en una proporción abrumadora en relación con otros países, circulan por las ciudades chinas.
La demanda mundial de petróleo ya está notando nota la presencia en el mercado del automóvil de los coches eléctricos. Aunque todavía en tasas bastante reducidas, la tendencia es creciente año tras año. Un informe de investigación de Bloombergafirma que son los autobuses eléctricos los causantes de la reducción más significativa de esta demanda, por encima de otras tipologías de vehículos.
Los autobuses diésel funcionan durante todo el día, poseen un elevado consumo, muy superior a la de los vehículos particulares, y su eficiencia es muy baja. Según el informe, esta circunstancia hace que por cada 1.000 autobuses eléctricos que circulan por el mundo dejen de consumirse 500 barriles de petróleo al día. En comparación, si se tratase de la misma cantidad de coches eléctricos particulares, serían 15 barriles por día.
China tiene la culpa
Un informe publicado el año pasado encontró que de los cerca de 385.000 autobuses eléctricos que circulaban por el mundo en 2017, aproximadamente el 99% de ellos lo hacían por China, observándose además que la tendencia es claramente creciente para los siguientes años. Como ejemplo, solo la ciudad de Shenzhen electrificó los 16.000 autobuses de su flota pública en 2017.
Si bien China es el país en el que la demanda de autobuses eléctricos es significativamente mayor, eso no significa que otros países se mantengan al margen. Según un informe de Mercom India la ciudad de Nueva Delhi ha aprobado recientemente un pedido de 1.000 autobuses eléctricos que, según el gobierno de la ciudad, “es el mayor compromiso de este tipo realizado por cualquier ciudad en India y China”.
Por otra parte, varias ciudades estadounidenses han aumentado sus flotas de autobuses eléctricos en los últimos años. En 2017, doce de las principales ciudades del mundo acordaron comprar solo autobuses totalmente eléctricos a partir de 2025.
El cambio de las flotas de autobuses urbanos a la tecnología eléctrica no solo tiene beneficios en cuanto a la reducción de la dependencia del petróleo, sino que también conlleva beneficios ambientales y ayuda a reducir la contaminación del aire y el ruido en las ciudades.