Su casa es una imagen del futuro descarbonizado. Mari Luz Sandino posa junto a las flamantes placas fotovoltaicas que destacan en un claro del jardín, a las afueras de San Agustín de Guadalix. En la puerta hay aparcado un coche eléctrico y el interior del domicilio se caldea mediante aerotermia, un sistema de suelo radiante que utiliza la energía del aire. Esos 16 paneles solares de silicio solventan tres cuartas partes del consumo efectivo de la vivienda. El resto lo suministra La Corriente, una cooperativa madrileña que comercializa energía verde para 310 socios.
La Corriente, compra tan solo electricidad eólica, hidráulica y solar con certificado. Puesto que se trata de una cooperativa sin ánimo de lucro, los precios se ajustan al máximo y pueden competir con las grandes distribuidoras. Entre los cooperativistas se encuentra, por ejemplo, el Mercado de San Fernando, situado en el barrio de Lavapiés. Un equipo de profesionales de La Corriente les asesoró para implementar medidas que mejoraran el aislamiento del edificio, erigido durante la posguerra. (Ver más >)