Se acerca el invierno y Europa está tratando de despertar de la pesadilla de la dependencia energética de Rusia. En Alemania, los políticos han entendido que había que tomar medidas para incentivar más la producción de energía solar fotovoltaica por parte de particulares y empresas, y así han hecho. Habrá menos impuestos y menos burocracia para instalaciones de hasta 30 kW a partir de 2023, entre otras medidas adoptadas por el Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima.
Las instalaciones por debajo de esa capacidad van a quedar exentas del impuesto a las ganancias por la inyección de energía en la red, así como del IVA en la compra e importación, el transporte y la instalación, también para sistemas de almacenamiento (baterías). Se pueden beneficiar empresas, particulares, e incluso edificios multipropiedad o de uso mixto con una potencia de 15 kW. Eso sí, los edificios donde se instalen las placas solares deben tener un propósito concreto.
Para reducir la burocracia se eliminará el trámite de pequeños empresarios para recibir el reembolso del IVA. Mientras otros hacen malabares verbales sobre lo que permite o no la directiva del impuesto de valor añadido en la Unión Europea, Alemania aplica todas las reducciones que puede en este capítulo. Si Alemania puede, pues los demás también.
No solo eso, el Gobierno Federal de Alemania facilitará más inyecciones de energía eléctrica desde la eólica y la solar, así como desde la generación a partir de biogás (metano renovable). Así lo dijo el ministro de Economía, Robert Habeck (Los Verdes), así como que habrá un incremento de la capacidad de transporte asociada a esas energías.
Por otra parte, se aprobó una bolsa de generación de 1,5 GW. Mediante un proceso de subasta, los productores entrarán al sistema y deberán tener sus paneles solares listos en nueve meses. Alemania está redoblando su apuesta por las renovables para lograr anticipadamente su objetivo de 100% de producción renovable de electricidad en 2035. Mientras eso no sea posible, todo les sirve, llámese carbón o nuclear, con tal de que no sea ruso.
Y es que aunque no vayan demasiado sobrados de horas de sol, Alemania es la primera potencia solar de Europa, aunque sea España la líder tecnológica. Hay que recordar que el conocido como «impuesto al sol» retrasó la implantación de instalaciones fotovoltaicas en nuestro país por la inseguridad jurídica que provocó, aunque no afectase a los pequeños productores.