Las redes eléctricas amenazan con convertirse en el gran cuello de botella de la transición energética. Con unos 3.000 gigavatios (GW) haciendo cola para conectarse a la red en todo el mundo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) urge a empresas y gobiernos a aumentar el ritmo de despliegue y modernizar la infraestructura para evitar el colapso.
El organismo dependiente de la OCDE ha elaborado su primer estudio sobre esta materia, (Electricity Grids and Secure Energy Transitions) en el que concluye que el mundo necesita "duplicar o renovar" los 80 millones de kilómetros de redes que existen actualmente de aquí a 2040 si quiere cumplir los objetivos climáticos y asegurar la seguridad del suministro.
Se recomienda una acción "urgente" para "modernizar y ampliar las redes" con propuestas que incluyen "ampliar y fortalecer" las redes nacionales, pero también las interconexiones entre países. Y pide a los gobiernos "respaldar los proyectos de transmisión a gran escala para garantizar que las redes estén preparadas para un mayor crecimiento de las renovables" e insta a los desarrolladores y operadores de redes "adoptar la digitalización" para permitir que las redes del futuro sean "más resilientes y flexibiles".