Amazon se fijó en 2019 el objetivo de igualar toda la electricidad consumida en sus operaciones globales con energía 100% renovable para 2030. La compañía anunció recientemente que alcanzó este objetivo en 2023, siete años antes de lo previsto.
Para que quede claro, Amazon no es una empresa libre de emisiones de carbono. El gigante minorista utiliza camiones propulsados por gas y vuela en aviones comerciales. Algunos de sus centros de datos funcionan con redes eléctricas que siguen basándose en gran medida en combustibles fósiles.
En muchos casos, Amazon cubre su demanda de electricidad invirtiendo en créditos de energía renovable (REC), documentos que representan una inversión financiera en capacidad de energía renovable fuera de las instalaciones. Los CER son una vía habitual para las empresas que persiguen objetivos de adquisición de energía limpia. Sin embargo, se ha demostrado que los REC tienen un impacto limitado en el aumento de la producción de energía renovable.
Sin embargo, Amazon ha invertido miles de millones de dólares en más de 500 proyectos solares y eólicos en todo el mundo, que en conjunto producen el equivalente de unos 7,6 millones de hogares estadounidenses. Además, se ha comprometido a tener cero emisiones netas de carbono en 2040, lo que incluiría la descarbonización del transporte y la logística, una tarea nada fácil. Si bien el logro de este objetivo a través de REC sería un buen titular, la verdadera descarbonización directa de las propias operaciones de Amazon llevará tiempo.