El Tribunal de Cuentas señala que los objetivos de la Comisión Europea, que incluyen la producción e importación de 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030, no están respaldados por un análisis sólido. Estos objetivos, según el informe, parecen estar más motivados por aspiraciones políticas que por una evaluación realista de las capacidades y recursos disponibles.
Los auditores piden a la Comisión que actualice su estrategia del hidrógeno, evaluando cuidadosamente cómo calibrar los incentivos de mercado para la producción y uso del hidrógeno renovable, cómo priorizar la financiación escasa de la UE y en qué partes de la cadena de valor centrarse. Además, es crucial definir qué industrias se quieren mantener en la UE y a qué coste, considerando las implicaciones geopolíticas de la producción interna frente a las importaciones de terceros países.