Aplicar las políticas adecuadas para impulsar el despliegue de la bomba de calor traerá grandes beneficios: 15 millones de bombas de calor adicionales significaría que Europa no tendría que importar unos 23 000 millones de metros cúbicos de gas y evitaría la emisión de unos 45 millones de toneladas de CO2, según un informe realizado por la asociación no gubernamental Reform Institute.
Con el título ¿Está Europa bien encaminada para implantar la bomba de calor? Clasificación de las políticas sobre bombas de calor en 10 países europeos, el informe pretende contribuir a la implantación de la bomba de calor mediante la evaluación los planes nacionales de ayudas existentes para la bomba de calor en diez países. Para ello, analiza la calidad de las políticas de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos, Rumanía, Chequia y Suecia, países que representan el 81% de la demanda de energía de los hogares de la UE y el Reino Unido.
Entre las conclusiones generales, se recomienda que “debería publicarse sin más demora el Plan de Acción sobre Bombas de Calor como elemento fundamental de una estrategia revisada de la UE en materia de calefacción y refrigeración”.
Los esfuerzos del gobierno español centrados en promover el calor renovable en los hogares deberían estar mejor coordinados. Aunque puede resultar difícil conseguirlo debido al importante poder concedido a las comunidades autónomas, el Gobierno central podría hacer mucho más para mejorar los programas de apoyo, como unificar la política nacional o mejorar la información sobre todos los programas de financiación disponibles”.
Sin embargo, la principal razón de la ineficacia de la combinación de políticas española es, según Reform Institute, el bajo nivel de ejecución presupuestaria de los fondos disponibles.