10 ene 2018

La transición energética en Alemania

Alemania decidió apagar la nuclear en un proceso que duraría hasta 2022. En 2011 decidió apagar 8 GW de energía nuclear del tirón. Y lo quiso sustituir por renovables. Así lo hizo si se tiene en cuenta el gráfico de la potencia instalada cada año en Alemania. Luego apagó otro reactor en 2015 y ahora acaba de hacer lo mismo con el bloque B de la central nuclear de Gundremmingen.


Año a año ha ido incrementando la potencia renovable hasta los actuales 42 GW de fotovoltaica y 55 GW de eólica (terrestre y marina). Pero en su haber hay que señalar que mientras desaparecían esos gigavatios de nuclear, la térmica de carbón prácticamente se ha mantenido igual durante todos estos años. Solo ha sido capaz de cerrar algo más de 3 GW de Hard Coal.
Alemania va a decidir suspender su objetivo de reducción de emisiones del 40% para 2020 desde los datos que poseían en 1990.

Se trata de uno de los objetivos más ambiciosos que se crearon en todo el planeta, pero ahora Angela Merkel, y los más que probables socios de la Gran Coalición alemana, los socialistas, han decidido ralentizar el proceso de reducción de emisiones, ya que, entre otras cosas, son incapaces de cumplir su objetivo de reducción del 40% de emisiones.

Y ¿por qué no lo van a cumplir? Buena parte de las emisiones de Alemania, un tercio aproximadamente, procede del sector energético. Y el carbón y otros combustibles fósiles como el gas natural o incluso el fuel óleo siguen con bastante peso dentro del mix eléctrico germano.

Tal y como publicó el diario alemán Die Welt, el coste de la transición energética entre los años 2000 y 2015 fue de 150.000 millones de euros, de los que la mayor parte han sido las primas a las renovables. Aunque también ha habido fuertes inversiones en redes eléctricas o el pago de varias tasas. También hay que sumar el coste del desmantelamiento de las centrales nucleares.