El decreto que el Gobierno francés pretende aprobar en este mes desarrolla la Ley de Transición Energética que anunció en 2015, basada en conseguir que el 40% de la producción eléctrica francesa provenga de fuentes renovables para el 2030, mientras que la proporción de la energía nuclear deberá caer desde el actual 75% a 50% en 2025.
En el caso de los combustibles fósiles, el decreto pretende que los objetivos de reducción en el consumo de energía primaria fósil respecto a 2012 sean los siguientes:
- Para el gas natural, -8,4% en 2018 y -15,8% en 2023.
- Para el petróleo, -15,6% en 2018 y -23,4% en 2023.
- Para el carbón, -27,6% en 2018 y -37% en 2023.
En el caso de las renovables, Francia duplicará la potencia eólica y triplicará la solar para el 2023. Para ayudar a lograr estos objetivos, uno de los objetivos es potenciar el autoconsumo compartido, “se promoverá la producción local de energía, y se pondrán en marcha licitaciones para apoyar el autoconsumo experimental y la autoproducción a partir del 31 de diciembre de 2016″, dice el decreto.
En el capítulo del transporte sostenible, el objetivo es que haya 2,4 millones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables en 2023, pero también incluye objetivos para los combustibles alternativos, como el autogas y los biocombustibles avanzados.
En definitiva, según explica en una carta abierta a todos los franceses, sus objetivos son:
- Reducir en gran medida el consumo de energía (-12% en el 2023) y sobre todo el consumo de combustibles fósiles (-22% en el 2023), que servirá para mejorar el poder adquisitivo de las familias, la competitividad y la independencia energética de Francia;
- Aumentar en más del 50% la capacidad de energía eléctrica renovable y aumentar la producción de calor renovable en un 50%;
- Desarrollar la movilidad limpia a través de la implementación de los modos activos, colectivos y compartidos, y diversificar el combustible al vehículo eléctrico y de gas natural;
- Reducir la producción de electricidad a partir de energía nuclear en respuesta a los cambios en el consumo de electricidad y el desarrollo de las energías renovables.
Las medidas se han tomado con la aportación de todos los sectores e incluso con la de los ciudadanos. ¿Un modelo a seguir en España?