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Cultivar hortalizas en pleno desierto sin contaminar y sin emisiones ya es posible. Lo han hecho realidad una granja pionera australiana y la tecnología desarrollada por la empresa danesa Aalborg CSP, que ha instalado en el complejo un sistema de energía solar concentrada que aporta la energía necesaria y el agua dulce desalinizada para asegurar la producción de 17 millones de kg tomates sostenibles al año. Una cifra equivalente al15% de todo el mercado de tomates de Australia.