Frente a un promocionado renacimiento del petróleo, impulsado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, las energías renovables, incluyendo la hidroeléctrica, han estado produciendo electricidad a niveles récord en Estados Unidos desde principios de 2006, según los datos publicados por el Departamento de Energía de EEUU.
El aumento de las energías renovables no hidráulicas, especialmente eólica y solar, ha sido responsable de la mayor parte de la nueva capacidad de generación que se ha añadido a la red eléctrica de Estados Unidos. De hecho, según los datos del American Council On Renewable Energy (Acore), desde el año 2008, más de la mitad de la nueva capacidad de generación ha provenido de las energías renovables.
El aumento de la competitividad de las tecnologías hará que su desarrollo mantenga la tendencia creciente, pero también hay un aspecto relacionado con la seguridad nacional. Según destacan desde Acore, “el esfuerzo por aprovechar los recursos nacionales en renovables promueve la independencia energética y la seguridad al reducir nuestra dependencia de los mercados mundiales de recursos fósiles”.
Medioambiente, seguridad y competitividad frente a otras tecnologías serán las claves que marcarán el futuro de las renovables en EEUU.