Remi Pillot es un joven ingeniero francés que se ha lanzado a la conversión de una vieja Volkswagen Transporter. El objetivo es crear un vehículo capaz de moverse con electricidad, y que ponga sobre la mesa el potencial tanto de la movilidad eléctrica en si, como de la transformación y recuperación de modelos con motor de combustión.
Para la ocasión ha utilizado una Transporter del año 1990, a la que ha retirado su vetusto motor diésel y lo ha sustituido por un eléctrico de 100 caballos fabricado por Siemens.
La batería por su parte es un pack recuperado de un Tesla Model S accidentado, y que ha sido importado desde el taller de EV West, en Estados Unidos. Una batería que será instalada por módulos, con una primera parte de 42.5 kWh, a la que se sumará más tarde otra de similar capacidad y que tendrá que esperar a que entre más dinero en la caja para su compra y que le proporcionarán una autonomía de unos 400 kilómetros con cada carga.
Remi planea instalar una serie de paneles solares ultra finos de 320 Wp, que podrán desplegarse en módulos de 8, 16 y hasta 32 placas. Esto le proporcionará una potencia máxima de 10 kW, con dos inversores de 5 kW cada uno. Según el propietario, gracias a esta instalación, y con buenas condiciones de sol, podrán recargar la batería del coche en unas 8 horas.Y es que para demostrar el potencial de este tipo de conversiones, Remi planea cruzar 30 países en una aventura de 50.000 kilómetros desde que le llevará a cruzar Europa, Asia y Sudamérica.
Un proyecto que tiene un presupuesto de 100.000 euros, y que tiene como objetivo desarrollar la tecnología de las conversiones en un país como Francia que al igual que sucede en España, pone muchos problemas para este tipo de iniciativas. Es por eso que Remi busca la creación de kits homologados para instalar en diferentes vehículos, y de esa forma poder realizar proyectos a medida para clientes que no encuentran en el mercado nada que se adapte a sus necesidades.