Según los responsables del informe, la cuestión es que los consumidores y los estados están dándose cuenta que el coche eléctrico en una poderosa herramienta para la reducción de emisiones en el sector del transporte, y están empezando a destinar cada vez más fondos para su promoción.
Al mismo tiempo indican que hay países que han quedado muy atrás, no se menciona pero está claro que estaban pensando en España, pero también avisan a los que lideran la lista que no pueden caer en la desidia y aflojar el paso de cara a lograr cumplir con el objetivo que tanto Francia como Reino Unido se han marcado de terminar con las ventas de coches con motor de combustión en 2040.