Según la Agencia Internacional de Energía, el mundo no alcanzará sus objetivos de sostenibilidad a menos que se realicen cambios rápidos y generalizados en todas las partes del sistema energético.
Estas duras observaciones del informe ‘World Energy Outlook 2019‘ (WEO 2019) vienen a insistir en lo que decía el informe del IPCC de 2018: «Limitar el calentamiento global a 1.5 ° C requeriría cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad».
Para la industria fotovoltaica, la conclusión clave es que la electricidad es una de las pocas fuentes de energía que espera ver un aumento del consumo en las próximas dos décadas en el escenario de desarrollo sostenible. El consumo de electricidad superaría al del petróleo para 2040 y, crucialmente, la energía eólica y solar fotovoltaica proporcionarían casi todo el aumento en la generación de electricidad.
En el escenario de ‘políticas establecidas’, la energía solar también gana, ya que la demanda de energía aumentaría un 1% cada año hasta 2040 y las fuentes bajas en carbono, lideradas por la energía fotovoltaica, representarían más de la mitad de este crecimiento. La energía solar fotovoltaica se convertiría en la mayor fuente de capacidad de generación instalada en todo el mundo para 2040, superando la capacidad de carbón a principios de la década de 2030.
Con la creciente importancia de las aplicaciones de almacenamiento de energía, la AIE también ha examinado la posibilidad de que los costos de la batería disminuyan aún más rápido, en un 40% adicional para 2040, creando lo que se describió como una «propuesta económica y ambiental convincente».